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Esto no es un paisaje

Muestra de pinturas realizadas en el Centro Cultural Recoleta - 2012

Esto no es un paisaje

Un paisaje ya nunca será un paisaje. Será un mapa mental. Será una organización de sentido. Será una postura estética, ética y por lo tanto política. Será siempre un poema que dice algo fundamental.


El poeta artista se va dejando modificar por los paisajes que le aparecen y estos modifican a los que siguen, de manera tal que el paisaje es un ser vivo, un animal en estado de evolución. Es un acontecimiento que, como tal, está sucediendo. A las obras habrá que verlas como una sola gran obra, siempre es así frente a un artista y su trabajo, se pinta un solo gran cuadro vital. Ese animal-obra muta, camina, piensa, siente, habla y grita.


La Escuela del Nuevo Paisaje que Maggie de Koenigsberg representa hoy tiene muchos pies y muchos brazos y es hija de padres y madres múltiples de origen plástico, literario, cinematográfico, filosófico, internético y blogero. Son capas mas capas de familiaridades en el resultado final. Estos No Paisajes solo usan un esquema, un diagrama, una urdimbre o quizás una estantería que el ojo rápido puede asociar con ese tema llamado clásicamente Paisaje en la historia de la pintura. Pero Esto No Es Un Paisaje es un fake de paisaje, una falsificación positiva que nos habla de otras cosas. Usamos nombres de lo que conocemos hasta crear nombres para lo que está naciendo, quizás ya podemos hablar del Metapaisaje, al decirlo lo hacemos, la palabra crea al metapaisaje y el metapaisaje crea el concepto. En este neopaisaje argentino y latinoamericano la artista va mucho mas allá de la representación de un sitio imaginario o real, lo suyo es a la vez un mapa y una brisa. Aquí se está diseñando una cartografía del presente con identidad de un continente con cosmogonías que parten de la poesía, del sueño y de las nuevas y diversas revoluciones del post siglo XX. ¿Hay un paisaje político en los cuadros de Maggie de Koenigsberg?: es un estar político que con las sílabas del color instala banderas metautópicas -no hay utopía en la poesía ni en el arte sino posibilidades realizadas y realizables hoy, en nuestro presente ambiguo-. Las pinturas quizás sean el deseo genético de representar sitios de ser que parecen no existir en la Realidad Real que los sentidos nos muestran, pero que existen en la realidad pensada, organizada, sentida, programada, hacia la que se dirigen los esfuerzos y las cotidianeidades y donde el arte es ladrillo, argamasa, albañil y arquitecto. La metáfora es aquí –como en todo poema- instrumento de trabajo y método de pensamiento. La metáfora parece hacerse brisa suave, viento que modifica las geografías, intangiblemente quita algunos elementos y germina otros, a modo del viento en las dunas: el territorio siempre es distinto y el cambio continuo y sutil.

Hoy es tiempo de la estética de la identidad, recorremos muestras, museos, ferias, bienales, todo tipo de espacio contemporáneo cultural y hay demasiado signo igual, pese a los discursos de otredad todo es líquido. Lo global engulle y equipara. Pero la artista hoy se retuerce para salirse del corsé y lucha por vivir en poema, de Koenigsberg vibra el color, es una artista política por que dice lo que ella es y así sus obras son lo que piensa y siente.

Este es el Nuevo Paisaje: -ARTISTA, SERÁS VOS O NO SERÁS NADA. No hay copias, existe el linkeamiento, la interconexión, la síntesis personal, lo propio, lo dado, lo que sí o sí hay que decir.

Prof. Damián Masotta

Mayo 2012

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